Querida familia providente, este artículo va dirigido con todo cariño y respeto a nuestras mamás, papás, abuelitas y abuelitos, que hoy están en el desafío, natural y maravilloso de pasar la etapa de adolescencia con sus niñas.
Hoy en día parece ser que la adolescencia se ha ido adelantando, vemos conductas que antes se detectaban a los 14, 15 años en nuestras niñas de 12, 13 años. Las turbulencias emocionales de esta etapa son normales, además de los cambios en sus estados de ánimo, también se suman cambios en sus conductas: piezas desordenadas, mucho o poco apetito, evitan las caricias que antes andaban solicitando: los abrazos y besos las avergüenzan más aún si hay gente presente, se enojan con facilidad ante cualquier comentario o broma si les atañe… y ni hablar de sus cambios de look y de modos de vestir…
Son sucesos que pueden ocurrir durante la adolescencia, y la adolescencia es una etapa que no podemos evitar, así como llega, en algún momento también culminará. Pero será muy importante para determinar el proceso de madurez de su niña.
La relación y comunicación con las adolescentes se vuelve todo un dilema, hacemos comparaciones de cómo éramos en esa edad y nuestra adolescente se ofusca aún más. Muchas veces la “mala relación” viene desde las experiencias de la niñez, por ejemplo, si no acudiste cuando lloraba en su cuna, si no escuchaste sus quejas o le hiciste callar para poder ver la TV, ¿cómo esperas que a los 13 años te diga lo que siente o las dificultades que tiene? Pero podemos solucionarlo, paciencia. Además, aún en las infancias más felices, los cambios de la adolescencia pueden afectar las relaciones más estables, por eso en este artículo la idea es compartir algunos consejos que nos han compartido especialistas en el tema de la formación en la adolescencia.
Muchas veces queremos hijas que obedezcan siempre, sin reclamos ni quejas, y ante sus ¿por qué? Respondemos “Porque lo digo yo”, “Yo soy el adulto”, “Haz lo que te digo en silencio”; los especialistas nos invitan a darnos el tiempo de darles una explicación, de mirarlos a los ojos y tratar de que entiendan la razón de nuestras demandas; ese intento ya será un mensaje subliminal que les ayudará; y, al mismo tiempo, estás validándolo, y evitando que más adelante se acostumbre a obedecer, sin dudar o resistir, a invitaciones que pueden ser perjudiciales (drogas, abusos de poder o abusos afectivos o sexuales)
Esto no quiere decir que no se establezcan límites, siempre son necesarios, lo que queremos enfatizar es la importancia del diálogo y el entendimiento.
PEQUEÑOS Y SABIOS CONSEJOS:
- Refuerza sus cualidades positivas, en vez de decirle: ¡cuántas veces tengo que repetirte…! ¡Avívate!… ¡Me tienen harta tus…! Busca su mirada, conéctate primero, y diles lo que quieres diciéndole: tú tienes más fuerza… tú que eres más lista… tú siempre logras lo que quieres, ahora necesito que me ayudes con….
- No busques entender todos sus puntos de vista, ya el hecho de ser de generaciones distintas hace que veamos el mundo diferente, tal como nos pasó alguna vez con nuestros propios padres o abuelos.
- Jamás descalifiques a tu hija delante de otras personas, siempre recalca sus buenas cualidades ante los demás. Sus debilidades debes conversarlas con ellos de manera privada, en una conversación constructiva: “Mira hija, he estado muy cansada por mi trabajo, necesito que me ayudes más con…” en vez de “Eres floja! No ayudas en nada!”
- ¿Alguna vez te disculpaste con tus padres por lo que hiciste mal o fuiste testaruda o porfiada en tu adolescencia? Aún es tiempo de hacerlo, pero si tú te demoraste muchos años, ten paciencia y dale tiempo a tu adolescente para que reconozca sus errores, guíala con cariño, para que sus disculpas no tarden tanto tiempo pero sí sean disculpas con la real conciencia y aprendizaje de la acción o actitud incorrecta que realizó.
- Cuando tengan diferencias, le llames la atención o entren en alguna discusión, mantén la calma, siempre como adulto debes tener el control emocional de la situación, si pierdes la calma perdiste la batalla, cuanta hasta el número que necesitas, si te sientes muy ofuscado/a no digas nada, espera a calmarte y di las cosas cuando ya estés tranquilo/a, recuerda que las palabras que se dicen desde la rabia siempre son hirientes y difíciles de borrar.
- No siempre necesita que la acribillemos con preguntas cuando la vemos decaída o triste, te dirá lo que siente en su momento, pero sí necesita que te sientes a su lado y le brindes un abrazo…
- Todo en su justa medida: hay veces que ante situaciones pequeñas explotamos y nos ponemos autoritarios y serios; guarda la gravedad para situaciones realmente importantes.
- No hagas por ellos lo que pueden hacer por sí mismos. Es nuestra labor enseñarles a ser independientes y responsables de sí mismos, ordenar su ropa, su pieza, sus útiles escolares, por ejemplo.
- No des sermones largos, espera el momento y conversa, dialoga, en un sermón tu adolescente escuchará la primera oración y en las siguientes su mente estará en un lugar muy lejano e inalcanzable.
- Dale responsabilidades, su rol principal es cumplir sus deberes escolares, sumando a eso el deber de mantener su pieza limpia, por ejemplo, o de ayudar una vez que termine sus tareas con el hogar. Siempre velando porque de igual manera debe tener sus momentos de descanso, necesario para cuidar su salud física y emocional.
- No la trates como niña pequeña, valida su crecimiento, pídele alguna opinión…
- Si comete errores, dale el espacio y tiempo para que los corrija.
- Respeta sus diferencias de opinión, escúchalas en vez de imponer tus ideas.
- Pon límites claros entre lo que permitirías y lo que no, todas las adolescentes necesitan límites. Si no los pones pueden suceder dos cosas: que se sienta sola, abandonada ya que haga lo que haga pareciera que a ti no te importa, o bien se pondrá rebelde, haciendo cosas cada vez peores buscando que alguien lo detenga… Cuando pongas tus normas, es normal que ellos muchas veces reclamen y traten de ir contra ellas, sigue reforzando la importancia de cumplir los límites y si no los cumple, que tenga claridad de las consecuencias (no habrá salidas, o TV, requisamiento del celular… etc.) Tu adolescente se enojará, hasta puede hacer berriches… no entres en discusiones… sólo cumple con tu palabra de lo que sucedería si ella no cumplía, a ella se le pasará el enojo y el castigo se cumplirá; con esto le estás mostrando el camino correcto a seguir, le transmitirás la importancia de la firmeza y fomentarás sus valores.
El Amor a nuestras hijas debe ir de la mano del respeto, la tolerancia pero también de la firmeza y la responsabilidad. Debemos ser consecuentes y este gran desafío lo lograremos con éxito.
Esperamos que este artículo les sea útil, el equipo de Orientación y Convivencia Escolar del Colegio les envía un fuerte abrazo de fuerza y ánimo en este tiempo de pandemia.
Bibliografía
https://www.mypsicologa.com/mejorar-la-relacion-con-los-hijos-adolescentes/
