Durante los meses de septiembre y octubre, nuestro colegio vivió con especial profundidad el valor de la compasión, guiados por el legado de Emilia Gamelin y Madre de los Dolores, pilares espirituales de la Congregación de las Hermanas de la Providencia.
Desde Pastoral, se nos invitó a abrir el corazón y acompañar a quienes atraviesan momentos de dificultad. No se trata solo de sentir, sino de actuar: ofrecer consuelo, escuchar sin juzgar y estar presentes en las alegrías y desafíos de nuestros hermanos. Siguiendo el ejemplo de la Virgen María, aprendimos a unir a nuestra comunidad con gestos sencillos de amor y solidaridad, transformando cada acto de ayuda en un lazo que fortalece nuestra fe y humaniza nuestras acciones.
Como es tradición, cada curso eligió a una compañera que encarnara este valor en su día a día. El pasado jueves 30 de octubre, estas estudiantes fueron reconocidas en una emotiva oración en el patio San José, donde se les entregaron palabras de admiración y aliento por representar con nobleza el espíritu compasivo que nos inspira.
Luego, compartieron un desayuno junto al equipo pastoral, en un ambiente de gratitud, alegría y reflexión. Fue un momento para celebrar no solo a quienes fueron destacadas, sino también el compromiso de toda nuestra comunidad por vivir la compasión como un valor que transforma y une.















