Mediante la celebración de una eucaristía y justo antes del inicio de una nueva cuarentena, la pastoral realizó una misa conmemorativa de los 168 años desde la llegada de Madre Bernarda y Hermanas de la Providencia a Chile.
Debido al cambio de fase en el plan paso a paso del ministerio de salud, nuestra comuna de Ovalle pasó a cuarentena a contar del jueves 10 de junio, motivo por el cual se adelantó la programación preparada para tan importante fecha (17 de junio).
En la Eucaristía a cargo del Padre Juan Carlos Godoy, se recordó las dificultades y adversidades que las hermanas vivieron antes y durante su llegada a nuestro país y la importancia del trabajo que realizan los funcionarios del colegio por mantener el legado, seguir la huella y mantener vivo el carisma de la providencia.
La Congregación Hermanas de la Providencia llegó a Chile un 17 de junio de 1853. Un año antes, en 1852 y con menos de 10 años de fundación en Montreal, la naciente Congregación acepta ir a Oregón, por lo que mandan 5 religiosas, entre ellas a la joven Bernarda Morin, quien será luego la responsable de consolidar la obra de la Providencia en nuestras tierras.
Al llegar a su destino en Oregón, se encontraron ante muchas dificultades para su subsistencia y, tras un período de grandes penurias, decidieron abandonar el lugar y regresar a Montreal. Para ello, viajaron a San Francisco, California, y la única alternativa que tuvieron allí para regresar era hacer el viaje atravesando el Cabo de Hornos, en un pequeño barco chileno llamado «Elena». El barco atracó en el puerto de Valparaíso, las religiosas canadienses fueron acogidas caritativamente en la casa de las Hermanas de los Sagrados Corazones en Chile. La llegada de las religiosas a nuestro país fue considerada por las autoridades civiles y religiosas de la época como un “acto providencial”, que resolvía el grave problema de las niñas y niños huérfanos.
Ya con la autorización de la Casa General en Montreal, las Hermanas de la Providencia abrieron un noviciado en Santiago, el 3 de enero de 1857, quedando como superiora la Madre Victoria Larocque, quien había sido una de las fundadoras de la Congregación. A su muerte, pasa a ser superiora de la casa principal de Santiago, Madre Bernarda Morin Rouleau.
Revisa más acerca de la historia de las Hermanas de la Providencia en Chile, en el siguiente sitio web.