Queridos profesores, profesoras, asistentes de la educación, comunidad educativa de La Providencia
Es para mí un honor dirigirme a ustedes hoy, en nombre del Centro General de Padres y Apoderados, en este día tan especial en el que celebramos a quienes tienen en sus manos una de las misiones más nobles y trascendentales: la de educar, formar y guiar a nuestras queridas alumnas.
Como presidenta del Centro de Padres, y también como madre que ha confiado por más de una década en esta institución, quiero expresar nuestro más profundo agradecimiento.
Sabemos que educar no es tarea fácil, sin embargo, ustedes lo hacen con dedicación, paciencia y sobre todo, con un profundo amor por nuestras hijas. Ustedes, más que enseñar materias, forman a las futuras mujeres que serán el reflejo de los valores y principios de La Providencia.
En cada una de sus clases, ustedes siembran en nuestras niñas la semilla del conocimiento, pero también las ayudan a crecer en virtudes, en carácter, y en compromiso con el mundo que las rodea. Sus enseñanzas no solo quedan en los libros, sino que marcan vidas, inspiran sueños, y forjan el futuro de nuestra sociedad. Hoy, más que nunca, queremos reconocer el gran esfuerzo que realizan, sobre todo en tiempos desafiantes, donde su dedicación ha sido una verdadera luz de esperanza y estabilidad para nuestras hijas. En nombre de todas las familias de esta comunidad, les damos las gracias por su trabajo, por su entrega y por esa vocación que les impulsa día a día a dar lo
mejor de sí mismos.
Que Dios y la Virgen de La Providencia los bendigan y les den siempre la fortaleza y la sabiduría para seguir adelante en esta maravillosa labor. Cuenten siempre con nuestro apoyo y nuestro profundo respeto.
Atentamente,
Vanesa Torrejón
Presidenta del Centro Padres y Apoderado